La primera regla de los sistemas distribuidos es no distribuir su sistema hasta que tenga una razón observable para hacerlo. Los equipos rompen esta regla regularmente. La gente ha estado hablando de la arquitectura orientada a servicios durante mucho tiempo, pero solo recientemente los microservicios han estado recibiendo tanta atención.
El problema, como observa Martin Fowler, es que los equipos están demasiado ansiosos por adoptar una arquitectura de microservicios sin comprender primero los gastos generales inherentes:
"Creo que un factor que contribuye es que solo escuchas las historias de éxito de compañías que lo hicieron bien, como Netflix. Sin embargo, lo que la gente a menudo no se da cuenta es que estas empresas, en casi todos los casos, no comenzaron de esa manera. Hubo un camino largo y sinuoso que los llevó a donde están hoy. Lo contrario de esto, a lo que algunos se refieren como la envidia de los microservicios, está provocando que los equipos se precipiten al infierno de los microservicios. Llamo a esto arquitectura desorientada al servicio (o, a veces, arquitectura orientada al desservicio cuando la arquitectura es DOA)".
En el mundo del desarrollo de software, los microservicios han ganado popularidad en los últimos años como una arquitectura de software altamente escalable y flexible. A diferencia de las arquitecturas monolíticas tradicionales, donde una aplicación se desarrolla como una sola unidad, los microservicios dividen una aplicación en componentes más pequeños e independientes, conocidos como microservicios. Cada microservicio es responsable de una funcionalidad específica y se comunica con otros microservicios a través de interfaces bien definidas.
Pros
- Escalabilidad y flexibilidad: Los microservicios permiten escalar componentes individuales de una aplicación de manera independiente, lo que facilita el manejo de altas cargas de trabajo y la adaptación a cambios en la demanda. Además, cada microservicio puede desarrollarse, desplegarse y actualizarse de forma independiente, lo que proporciona una mayor flexibilidad y agilidad en el desarrollo de software.
- Mantenibilidad y evolución continua: Al dividir una aplicación en microservicios más pequeños, el mantenimiento y la evolución se vuelven más manejables. Los equipos pueden trabajar en paralelo en diferentes microservicios sin afectar el funcionamiento de otros componentes. Además, al adoptar prácticas como la integración y entrega continua (CI/CD), se pueden realizar actualizaciones frecuentes y rápidas en cada microservicio, sin necesidad de implementar la aplicación completa.
- Desarrollo y despliegue independiente: Los microservicios permiten que equipos de desarrollo diferentes trabajen en paralelo en diferentes componentes de la aplicación. Esto promueve la autonomía del equipo y acelera el tiempo de desarrollo. Además, los microservicios pueden implementarse en diferentes tecnologías y plataformas según las necesidades específicas, lo que facilita la adopción de nuevas tecnologías y la optimización de recursos.
Contras
- Complejidad en la gestión del entorno: Al adoptar una arquitectura de microservicios, el número de componentes y servicios aumenta significativamente, lo que puede complicar la gestión del entorno de desarrollo, pruebas y producción. Se requiere una sólida infraestructura de soporte y herramientas adecuadas para monitorear, gestionar y orquestar los microservicios.
- Comunicación entre microservicios: Si bien los microservicios se comunican a través de interfaces bien definidas, la comunicación entre ellos a través de la red puede introducir latencia y potenciales puntos de falla. Se requiere un enfoque cuidadoso en el diseño y la implementación de la comunicación entre los microservicios para garantizar un rendimiento óptimo y una alta disponibilidad.
- Complejidad en la seguridad y el monitoreo: La seguridad y el monitoreo también se vuelven más complejos en una arquitectura de microservicios. Cada microservicio debe ser protegido de forma individual y se requieren mecanismos de seguridad adicionales para garantizar la integridad de la comunicación entre ellos. Además, el monitoreo de múltiples microservicios y la identificación de problemas pueden ser un desafío debido a la naturaleza distribuida del sistema.
Cuándo usar los microservicios y cuándo no:
La elección de adoptar una arquitectura de microservicios debe basarse en las necesidades y objetivos específicos de cada proyecto. Aquí hay algunas consideraciones:
Usar microservicios cuando:
- Se espera una carga de trabajo variable y se requiere escalabilidad horizontal.
- Se necesitan tiempos de desarrollo rápidos y despliegues independientes.
- Diferentes equipos se encargan de diferentes partes de la aplicación.
- Se planea evolucionar y actualizar constantemente la aplicación.
- Se requiere la integración de múltiples tecnologías y plataformas.
No usar microservicios cuando:
- El proyecto es pequeño y no se espera un crecimiento significativo.
- La simplicidad es prioritaria sobre la escalabilidad y la flexibilidad.
- El equipo de desarrollo no tiene experiencia en la gestión de microservicios.
- El rendimiento y la latencia ultrabajos son críticos, y la comunicación entre servicios puede afectar significativamente el rendimiento.
Los microservicios no son para todo el mundo, de hecho, se tiene la falsa idea de que ahorrarán dinero a la organización, cuando esto puede ser al revés.
En resumen, los microservicios ofrecen una arquitectura flexible y escalable para el desarrollo de aplicaciones, permitiendo la evolución continua y el desarrollo independiente. Sin embargo, también introducen complejidades en la gestión del entorno, la comunicación entre servicios y la seguridad. Antes de adoptar microservicios, es fundamental evaluar las necesidades y características específicas del proyecto para tomar una decisión informada y garantizar el éxito a largo plazo.